Nalia

El Peluche

No me gustan los peluches,

no es por su forma ni su color,

es que un día alguien me dio uno

jurando entregarme su amor.

 

Lo abrazó con manos temblando,

lo dejó en mi pecho, al partir,

y desde entonces, su ausencia

huele a promesa sin cumplir.

 

Allí quedó, sobre mi cama,

mudo testigo del adiós,

tan suave como su mentira,

tan frío como su voz