Luz de templario
es la firmeza;
que emerge con la lumbre
que sirve de breviario
a troyana entereza.
Es el fervor
virtud loable;
que lleva hasta la cumbre
donde habita el honor
de brillo inagotable.
Del alma erguida
ambos son dones;
borrando incertidumbre
cuando izan los pendones
de fe jamás vencida.
Autor: Aníbal Rodríguez.