Tan bella tu figura,
a veces se me cruza en la memoria.
Tan clara, tan segura,
tu luz fue la victoria
de un sueño que empezó como una historia.
Es que te quiero tanto,
que solo con pensarte ya me valgo.
No soy perfecto, encanto,
si entro nunca salgo,
y se que corro mas que cualquier galgo.
Contigo lo que anhelo
es sumar más caminos a tu lado,
mirarte sin recelo,
vivir bien acoplado
lo que en mis propios sueños he inventado.
A veces me pregunto;
si el tiempo nos daría otra partida,
si fuera solo asunto
de darte otra medida
sin todo este reloj que nos olvida.
Te pienso sin barreras,
sin culpas, sin silencios, sin pretextos.
Tus huellas verdaderas
reviven esos textos
que escribo entre los días más honestos.
No tengo más defensa
que darte lo que soy, sin armadura.
No importa quien lo piensa,
si tú ves la ternura
que pongo en este amor sin compostura.
Y si algún día vienes,
te juro que será distinta vida
cariño siempre tienes
serás comprometida
será gozar la paz de tu venida
Quizá no haya regreso,
quizá no estés pensando en lo que mondo.
Y aunque no tenga acceso,
mi alma sigue al fondo
viviendo de ese fuego que no escondo.
Y si no hay coincidencia,
si el tiempo no repite aquel latido,
haré de la paciencia
mi forma de sentido
y haré que tu recuerdo siga unido.
Pero si alguna tarde
te nace recordarme de repente,
yo estaré en lo que arde,
seré viento en tu frente,
rozándote sin más, calladamente.