Siento frío,
un alivio extraño
como punzadas suaves
en el pecho, del lado derecho.
No es el corazón,
pero duele.
Cuando bailo,
cuando sonrío,
despiertan sueños
que no estaban dormidos.
En los días grises, te acercás.
En los días dorados, me abrazás.
Estás.
Mis momentos.
Mis emociones.
Hoy no huyo de ellas,
las escucho,
las interpreto,
las acompaño.
Cada paso que doy
retumba en mí,
mi propia pisada me nombra.
Y al otro lado,
ahí estás.
Te veo.
Sonrío.
Ya llegué