De hora en hora,
a veces uno se encuentra
al distingo de la negación y la creencia,
de la todavía inolvidada...
Apenas puede que sea,
darle al pensamiento la abstinencia,
con un silencio que coagula,
tras perturbar al corazón y su flecha...
Oh, palabra de amor encerrada,
una fuente oculta
que teme a tu belleza y sed excesiva,
en tu edad madura...
Cada mes y cada día,
con la rutina que no me deja salida,
¡qué lástima!
de no beber tu aire, tu flor, y tu vida...