Tu recuerdo es eso:
lo que siente una abeja al hallar su flor.
Señora, mujer, niña:
usted es eso que ninguna literatura explica.
No te encuentro ni cerca ni lejos;
simplemente estás presente
en la totalidad de mi historia.
Eres como una nube
que se espera cambie de rumbo:
un poco lejana para el gusto,
pero de cristal,
reflejando mis ideas,
Algo hermosa.
No es esto un poema de amor.
Yo, más que amarte,
te escribo con la idea de un artista,
te pienso con el alma de un amante,
y te veo ser
como el humo de aquel tabaco
que tanto añoro y me fascina.
Y yo fumo mucho.
Usted me parece más que eso:
una traducción idónea de algo incierto.