MARCOS986

Adiós corazon y alma, bienvenida la Razón.

Sabía que un día

ella podría elegir a otro.

Nunca fue mía, no del todo,

porque así es el amor: libre.

 

Pero en el juego

ese espacio donde el placer era compartido

entró alguien

que no solo tocó su cuerpo,

sino que la deslumbró.

 

Y yo la vi seguir amándome

sin ninguna diferencia,

pero ya no igual.

 

Ya no me necesitaba

como antes.

Y lo supe.

Y lo acepté.

 

No porque dejara de sentir,

sino porque entendí

que el amor también se transforma,

que puede moverse sin romperse,

que puede doler sin ser traición.

 

Muchos años  de enamoramiento,

de mirarla despertar y sentirme completo.

De entender que no hay perfección

cuando el amor la vuelve única.

 

Y ahora,

desde otro lugar,

la miro seguir siendo ella

en la luz de otro reflejo.

 

El amor no se fue.

Solo cambió de sitio.

Y aunque ya no sea espiritual,

es racional,

es todavía elección.

Y también es libertad.