Maestro en lucha: Kuitlahuac Macias
En tus manos, cultivo del tiempo,
brilló generoso el conocimiento
departido entre miles de oídos
y mientras, la historia se volvía danza,
la danza, palabra; la palabra, canto;
el canto, en pincel que en tu andar
se volcó todo en poesía.
Tocado por los dioses desde el nombre
te hicieron riachuelo,
manantial sereno,
maíz y sol guerrero
al que le cantan los colibríes del ensueño.
Aun con el alma herida y el cuerpo cansado,
resuena fuerte el eco de tu melodía
sigues vibrando alto a través de tu lírica.
Y en la arena de la vida
alzaste la voz contra el olvido,
la enfermedad y la injusticia,
espíritu rebelde que fortalece tu canto,
nada ha detener nunca, nunca tu paso.