La sensación va dejando de ser tibia,
se va volviendo vacía.
Y cada día calcina, y cada vez más fría.
La rosácea se ha perdido entre blancos mezclados.
Y todos los pasos dados, van siendo olvidados.
Alguien ya camina solo y jamás acompañado.
Recorriendo un camino que ya no tendrá paso, si no vuelo.
Y donde siempre es azul el cielo,
donde siempre habrá descanso.
Donde no existe el mal, ni hay pregunta,
ni acertijo.
Donde todo es lo correcto, lo perfecto,
lo infinito.
Donde está la gran respuesta, la vida eterna, la luz perpetua.
Donde se le brinda paz, donde encuentra regocijo.
Donde no es el final, si no el inicio.
Donde no existe retorno y todo vuelve a comenzar.