Te contemplo entre las sombras
con la lejana esperanza,
de encontrar aquella cara
ésa, tu perfecta forma;
pero encuentro negras olas,
decepciones que me acaban
y una verdad que me mata:
tú por siempre me abandonas;
y te formo con recuerdos,
que se quedaron en mi alma,
vano esfuerzo al comparar,
a pesar de mis empeños,
sólo enfrento mil fantasmas
de tu esencia celestial...