Cargas en tus manos un viejo temor,
y sin darte cuenta, lo vuelves mi error.
Me miras con ojos que ya han llorado,
y yo, sin culpa… termino juzgado.
Me lanzas cadenas que no construí,
con palabras frías que no merecí.
Y aunque me duele, no grito, no caigo,
porque amarte es más fuerte que todo lo que cargo.
No soy tu pasado, no soy su reflejo,
yo vine a cuidarte, no a hacerte despecho.
Pero a veces siento que pago su herida,
y camino descalza por dentro de tu vida.
Aun así, me niego a volverte un castigo,
no quiero ser sombra, ni herida contigo.
Te amo sin trampas, con todo mi ser,
y aunque a veces sangro… no quiero perder.