Sorbos de café
Mujer soberana,
dueña de mi ser,
reina de mis quimeras
en mi atardecer.
Hueles a lluvia nueva,
eres petrichor,
tierra mojada y fecunda,
donde florea el amor.
Me anhelas, me amas,
te ansío, te tomo,
¡Nos amamos sin medida
mi divino tesoro!
Estremeces mi cuerpo,
el tuyo, sinuoso y grácil,
vibra en cada beso
de tu silueta frágil.
Eres amiga ardiente
como el sol,
brillante como la luna,
empapada de amor.
Vuelas cual mariposa
tras su flor,
en cada aroma,
te encuentro yo.
Espero tu mirada, ansioso,
el roce de tu tez febril,
¡oh, anhelo!
Tú en mí, yo en ti.
Emanan palabras de fe,
pactos sellados,
compartimos un café,
¡cada sorbo un verso!
Versos de sublime amor,
desnudan la complicidad
del sensual esplendor
en la entrega total.