Moriré de amor y tu seras mi cementerio. Mis huesos se harán blancos en tus carnes y mi sueño será un eterno beso.
Yo habitaré tu vientre y tu silencio, tu harás una cruz con tus brazos y tus piernas... serán los mástiles de un velero.
Nos llevará la corriente y el viento... y yo colgaré en tu cintura y tus senos, muriendo siempre por mares adentro, persiguiendo entre mareas el último puerto.
Moriré de amor... y ya no habrá tiempo.