Camino lento,
busco los portales de la verdad.
Así,
he vuelto las tragedias en comedias.
Soy barro
trabajado por un carnaval
de manos inquietas;
me vuelven arte,
creación inédita.
Cada aventura es un peligro
que me aleja de la rutina asesina.
El ocio y la despreocupación
me apartan del quehacer
que consume mi existir.
Cada problema
se viste de aprendizaje,
cambiando mi vestuario;
despojándome de las capas
que me adornan de soberbia.
Salgo lentamente de las tinieblas
que ocultan los gritos de terror
de seres deshumanizados,
carcomidos por la soledad,
la tristeza.
Mi alma se transforma;
se viste de alegría,
se conecta a la fuente universal;
el Creador del amor.