—Y sí... la vida es este juego de atracciones
que no se detiene
con sus líneas escritas en cada esquina
como si cada quiosco
cada poste de alumbrado
el menú de un restaurante
o tal vez, una pequeña licorería
con sus promociones de a dos por uno
con el piso hediendo a meado fresco
desencadenarán las narrativas de un futuro escrito por distintos leguleyos
que carecen de semántica y fantasía.
Así entonces.
El planeta continúa girando en su maraña.
Con ello, la fortuna y el desastre.
El amor; su recompensa, la decepción y el odio.
—Diáfano en locura, regó sus pensamientos en la casa— Miró la cordillera por el balcón como se escarcha de nieve, mientras la tetera evapora la sala.
Se preguntó, atónito.
—¿Por qué sigo esperando?
esperando-té.