Al caminar por el sendero del tiempo
empujando mi azaroso destino
el árbol de mi sabiduría va creciendo
la experiencia se va acumulando.
Aprendí que la verdadera felicidad
está en tomar buenas decisiones
y que tus actos estén de acuerdo
con tus ideas y tu forma de pensar.
Aprendí que la verdadera riqueza
está en disfrutar de una vida serena
adornada de paz y tranquilidad
en armonía con tu entorno.
Entendí que la vida no espera
que nada es permanente ni perfecta
que no somos dueños de nada
el amor es lo único tuyo que puedes dar.
Ahora sé que regalar una sonrisa
es más valioso que el rubí o el oro
porque no se puede vender ni empeñar
Y su valor es imperecedero.
Con el tiempo voy descubriendo
que para ser feliz necesito menos cosas
que la vida es escribir nuestra historia
con errores, pero sin borrones
La soledad me enseñó a descubrir
quien soy y de lo que soy capaz
que el dolor y la herida más profunda
con el tiempo pasa y luego se olvida..
Aprendí que en algún momento
tenemos que caminar otra vez solos
porque solos vinimos y solo nos vamos
todo lo demás es circunstancial.
Entendí que nacimos para ser felices
aunque no somos perfectos
que la sonrisa que regalas tiene regreso
porque la vida es como mirarse en un espejo
Lima, 3 de junio del 2025
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