I
Por no encontrar el atajo
que me llevase al olvido
me fui arrancando de cuajo
tus recuerdos y, transido
de no romper nunca un plato,
con el polvo del camino
saqué brillo a mis zapatos.
Por no desdeñar ofertas
con faldas de todo a cien,
llamé a todas las puertas
que no preguntaban quién.
Mejor que sobre a que falte
-me dije batiendo el cobre-,
y la uve de vengarte
la puse con uve doble.
II
Este canto de sirena,
este cuento sin un hada,
esta propiedad ajena,
este todo que no es nada.
Este intento entre comillas,
este acopio de plurales,
este robo de costillas,
estos besos de portales.
Este engendro sin cerebro,
este arroz cuatro delicias,
este guiño de requiebro,
estas leyes de injusticias.
Esta guerra sin Victoria,
estos ramos de Violetas,
esta mancha en la memoria,
estos giros de planetas.