Duermo con los ojos abiertos.
Mirando trascurrir silenciosa el tiempo
Soy un grito que no se escucha.
A veces mi confuso cuerpo tirita con el frío
Y entonces lo sé sigo viva,
más por lo regular solo me cargo.
El cuerpo sigue:
Respira, se mueve,
finge sonrisas y el alma va atrás,
como sombra sin pintura.
espesa, con tibieza que incómoda,
con silencio que no termina
con una historia que no interesa
con un cigarrillo de vida que se esfuma.