A las fabulosas pinturas de René Magritte
Formas sinuosas en el techo
me recuerdan que la intranquilidad
no está en los frascos
ni en la lluvia ni en el sol de playa,
las veo porque pierdo la cabeza
de vez en cuando.
Mi locura consiste en hacerme
la víctima de mi misma,
no me perdí de niña
en los hoyuelos de mis mejillas
porque aunque hondos
no son navegables.
Sentí por momentos
que el edificio de mis dudas
se irguió sobre las plantas
de sus pies descalzos
y mudo se quedó mirando
las bellas figuras fractales
de mi caleidoscopio.
A veces sueño con escenarios
marcianos y venusinos,
sé que hace frío en Neptuno
y un calor agobiante en Mercurio,
pero que le vamos a hacer,
soy derviche, giróvaga,
y con cada vuelta de mi danza
con cada universo que visitan
mis ojos-aereolitos
me siento más agradecida
de ser mujer, maestra y nodriza.
Cuido a los que cuidan de mí
y también cuido de otros
que ya no me necesitan.
OLLIN
02/06/2025