Aún no viste el sol que te va a acariciar el alma,
ni el beso que, sin pedirlo,
te va a enseñar lo que es el cielo.
Aún no llegó esa tarde en que el mundo
te parecerá un poema sin final.
Aún no cruzaste miradas con la persona
que sabrá leerte incluso en silencio,
ni reíste con esa risa
que te dolerá de tan sincera.
No conocés la flor que va a crecer
en medio del día más gris de tu historia,
ni la canción que hará llorar a tu sombra
y bailar a tu cicatriz.
No sabés todavía
cuántos sueños esperan su turno
para tocar tu puerta.
Vendrán abrazos que van a reconstruirte,
miradas que serán hogar,
promesas que sí se cumplirán
y días que brillarán como si fueran eternos.
Porque todo lo hermoso —escuchá bien—
todo lo hermoso
está por venir.