¿Alguna vez me has preguntado cómo estoy?
Insomnio…. 3:00 a.m.
Estoy sola con mi dolor, sola con mi tristeza,
y me fui a bailar un tango con mis miedos,
Y desperté en casa ajena y me dio mucha vergüenza.
Me abrazó la melancolía, me beso el enemigo,
El que por años me ha hostigado,
y comí con él, un plato de le lentejas y me volvió a besar
y me fui sorprendida de su atrevimiento.
3:10 a.m.
Me fui y volví…
no iba sola, otra vez me abrazó la melancolía,
y volví a tener tristeza, porque ya no regresé,
a donde yo viví de niña, ya no había casas allí,
había un centro comercial, donde antes vivía.
Tengo muchos años triste y mi mamá no lo sabe
porque ella ya descansa en la gloria de Dios. e.p.d.
3:17 a.m.
Anoche lloré tanto, hasta que me quedé dormida,
escribo esto, porque veo molestia en algunos que escriba de amor.
¿alguno de ustedes me ha visto llorar?
Pues he llorado y mucho, desde hace ya muchos años,
¿Sabes por qué? Es triste no tener con quien compartir la vida,
Y el tiempo avanza, y no hay nadie que me dé un abrazo.
Me refiero a una pareja, porque mis hijos y nietos
Ellos todos los días me abrazan y siempre tengo su amor y cariño.
¿Tú lloras mi soledad? ¡No! ¡Porque mi vida no te importa!
Quieren saber a quién le escribo de amor? ¡Eso a nadie le importa!
Pero ya lo dije antes, escribo, para que no me de alzhéimer.
3:22 a.m.
Ya no quiero aburrirlos con lo que escribo, hoy hablo de mí.
Al final de cuentas, tú estás igual, escribiendo siempre lo mismo
pero no te das cuenta o no te quieres dar cuenta.
Yo lloro sola, porque la soledad que vivo, es solo mía, es muy mía.
¿Acaso me has preguntado alguna vez cómo estoy? ¡No verdad!
¡Estuve, llegué y me fui… me fui sin ti! ya me acostumbré a que nunca estás!
Para no escribir de amor, escribí solo estupideces, siempre escribo estupideces, eso creo.
Gracias a Dios que me presta la vida y a de ser hasta el día que él quiera.
¿Acaso me has preguntado alguna vez cómo estoy?
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.