Raul Gonzaga

Una herida que no cierra

Como una serena brisa
que se escapa de mis ojos,
aliento de los abrojos,
que acallaron mi sonrisa;

como faro que revisa
entre las olas, despojos,
de aquel náufrago en hinojos
caído de su cornisa;

así es mi melancolía,
leve sombra de tristeza
por tan lejana caricia;

una agridulce alegría
un adagio que no cesa:
llagas de vieja delicia...