Como una serena brisa
que se escapa de mis ojos,
aliento de los abrojos,
que acallaron mi sonrisa;
como faro que revisa
entre las olas, despojos,
de aquel náufrago en hinojos
caído de su cornisa;
así es mi melancolía,
leve sombra de tristeza
por tan lejana caricia;
una agridulce alegría
un adagio que no cesa:
llagas de vieja delicia...