Oír como Silva el viento
por los árboles del monte,
y ver mientras vas subiendo
doblarse el pasto del bosque,
inclinarse un poco al frío
abrazando la corteza
del hualle solo y sombrío
buscando algo de tibieza.
Admirar la madrugada
con ese olor a poleo,
y darle una masticada
al buen hinojo, al renuevo.
¡oh, mágica naturaleza!
purificas el organismo,
entregando tus bellezas
para los cinco sentidos.
Sofanor Bonilla (Chofa)