Se escuchan a diario
los lamentos del encierro,
cómo pudo ser posible
no reaccionar a tiempo.
No fue la escuela,
no fue la rebeldía,
tampoco la lluvia,
ni la melancolía.
Ya se perdió la cuenta,
de las rayas en la pared,
de oscuros ladrillos,
pálidos y desgastados.
Es peor la noche?
será un horror el día,
los segundos duran mucho,
cuando no se espera nada.
El amor pierde su efecto,
la esperanza cesa
y la fe desaparece,
en un mar de dudas.
La libertad es un sueño,
el único sueño,
qué no se puede perder.
en las tinieblas del encierro.
Solo el amor da libertad,
aunque paresca una cárcel.
de esta no se quiere salir,
cuando se ama de verdad.
Que no falte el amor
pues el amor cubre,
los valores perdidos,
del fatídico presidio.
El amor hace feliz
la horrible condena.