Promissa fracta
Me cala recordarlo, pasando gran inopia,
viviendo una hecatombe que hiciste para mí.
Me encuentro pues sufriendo, sufriendo en carne propia
por algo que ni en sueños, pensaba yo de ti.
Ahora me doy cuenta que nadie es lo que dice,
aunque de cara alegre presenten la emoción:
es claro y evidente, y el tiempo lo predice,
no hay nadie más sincero que este corazón.
Tus labios nunca han dicho palabras tan sinceras
y aunque creí, de veras, te digo, no es real...
jamás había escrito mi vida de quimeras,
pero hoy que bien lo siento, te digo es el final.
No importa si lo sientes o quieres más opciones,
no importan más palabras, vacías, no, ya no...
jamás seré yo el mismo, jamás, ni en ocasiones,
mejor, olvida todo que todo se acabó.
Herido, voy sin rumbo, sin rumbo, pero ducho,
herido por creerlo, confiando solo en ti.
Pero, te juro ingrata, que aunque me cueste mucho;
aunque me cueste mucho, me olvidaré de ti.
Samuel Dixon