Soponcio

Gotas de agua

Apuré lo que quedaba de agua en el vaso, y me quedé mirando las gotas que permanecían en él. Era una distracción sencilla, pero en esas pequeñas esferas brillantes encontré una profunda belleza. A medida que las gotas resbalaban por el vidrio, veía destellos azul turquesa y aguamarina que me recordaron el mar. Cerré los ojos y me transporté a un lugar donde la brisa acariciaba mi rostro y se escuchaba el sonido de las olas como una melodía constante, como un canto que nunca se detiene.
Aquel grato recuerdo del mar me invadió, como un sueño lejano, y sentí que podía volver a vivir esos momentos de mi niñez; cuando algunos veranos los pasé en la costa. Aquellos días se llenaban de risas, de juegos en la arena, y de la libertad que solo el mar puede ofrecerte. Caminaba descalzo por la orilla, sintiendo la arena tibia entre mis dedos y el agua fresca que venía a envolver mis pies.