Me pronuncio
con el alfabeto de cristal,
por dentro y por fuera,
palabra que nace a flor de piel
y se incendia en la médula de mi lengua perdida.
Soy la sílaba
que se abre como granada,
círculo coral que mastica la tierra donde nace el verbo,
y la esculpe dulcemente con el revoloteo de sus alas blancas.
Cada letra es un órgano
de un dios escondido
que respira en mí sin clausura,
con la memoria del mar en su espina dorsal.
con la memoria de agua y toda su sal.
El idioma perdido me atraviesa
como un animal que florece
en la selva exacta del decir,
la boca parece no existir,
y solo se siente el palpitar que compone el universo
desde su centro irrepetible.
Aquí hablo,
aquí me hablo.
Aquí soy yo.
P.SABAG, SAFECREATIVE