La vida se construye de pequeños momentos,
de personas que se vuelven inolvidables...
Van dejando pedacitos de su esencia
en nuestro mundo tan frágil y cambiante;
porque de un parpadeo a otro, cambian
los personajes y los escenarios;
algunas historias son apasionantes,
otras son lastimosas, pero se convierten
en nuestro traje que nos acompaña
hasta la sombría mortaja.
Algo que me ha enseñado esta vida
y que me cuesta trabajo entender, es que;
no es bueno aferrarse a personas o cosas,
mejor es ir construyendo la vida
de pequeños fragmentos que forman
pilares inquebrantables, versos de
canciones que se reescriben una y otra vez.