Son en la batalla el arco y el arquero
compañeros que convienen la muerte
del enemigo al que puso la suerte
en el viaje volátil del acero.
Pero esta atroz voluntad convenida
nace de mutuas fuerzas discordantes
preparadas y tensionadas antes
para de la flecha hacer su salida.
Así, amor, a esta lucha nos debemos
vivámosla sin miedo y sin mesura
que como arco y arquero en ella estaremos
inquebrantables como piedra dura.
No demos nuestra lucha por desecha.
No disparemos sin blanco la flecha.
David Galán Parro
21 de enero de 2024