LIVIANDAD.
Le ofrecí amarla sin mesura,
con amor franco y verdadero,
más ella apetecía, solo aventura,
cuál ave sin nido, ni invernadero.
Quise estar en su alma solidario,
sin momento, instante… Ni hora,
más fui agenda de un calendario
y liviandad, de lascivia pecadora.
Nunca entendió o se negó creer,
el amor casto que le ofrendaba
y cautiva entre lujurias y placer,
le era olvido… Y yo, la recordaba.
Cuánto duele no haber sabido,
de su amor libidinoso y liviano,
que, vejado en lecho compartido,
es rito corrupto, satánico y pagano.
Autor: Víctor A. Arana.
(VICTOR SANTA ROSA.)
Mayo 31 del 2025.