Roberto D. Yoro

FÁCIL ENOJO

FÁCIL ENOJO

 

Fácil se enciende, pronto estalla,

como fuego que en la paja estalla.

Una chispa de orgullo, un desliz sin razón,

y el alma se enreda en la turbación.

 

Los labios se abren sin freno ni ley,

la lengua se agita como mar sin rey.

Pero el sabio calla, la justo espera,

pues la ira del hombre no es luz verdadera.

 

“Airaos, mas no pequéis” —dice el Señor,

porque el enojo sin freno mata el amor.

Caín no escuchó y su furia cegó,

Abel cayó cuando su hermano pecó.

 

Mas Cristo, paciente, en su corazón,

mostró el enojo con justa pasión.

Con celo ardiente limpió el altar,

pero sin odio que pueda matar.

 

Dame, Señor, un corazón tardío,

para enojarme solo con lo impío.

Que el amor me guíe, la verdad me sostenga,

y tu Espíritu Santo mi ira contenga.

Roberto D. Yoro