A veces, aunque los pasos que nos alejan son pocos, la distancia se siente más grande.
Y qué envidia, qué irá, qué cosa tan tremenda sube por mi cuerpo como lava volcánica.
Me deja cubierta de ceniza,
nublando la claridad en mi sentir.
Que envidia de quienes pueden estar a tu lado,como ella, ahí de pie junto a ti, y yo aquí prendida por el sol,
lejos de la sombra de tu ser, tu fresco ser.
Que se rompa el cielo y llueva sobre mí un torrente de agua.
Que apague, que calme esto.
Estos celos, estos anhelos.
Estos imposibles, estas ilusiones.
Estos mis latidos, esta la música con tu nombre.
Para no buscarte, para no esperarte,
para no quererte como te quiero,
para no extrañarte.
Para no sentir el fuego de los celos.