Ola polar, llegas fuerte abriendo mi ventana de par en par, entrando sin ser invitada. Ola polar grande y oscura, con una capa cristalina, admirable de ver tanta belleza. ¿Qué digo? Pues tú, frío que lastima mi cara, eres sin embargo los ojos más bellos y crueles que he visto.
Ola polar, ¿por qué estás triste? Ven, déjame invitarte un abrazo de oso; yo dibujaré una sonrisa en tu rostro con ojos cristalinos, crueles pero preciosos. Vamos, olita pequeña, abre tu corazón a quienes te aman de verdad y olvida a aquellos que no saben valorar. Desviste las mentiras que te hayan dicho y abrígate de verdades; cuando lo haces, brillas mucho, a la par de la luna y el sol.
Tus ojitos tristes, cristalinos, se reflejan y puedo ver ese verde sabor a primavera y flores. Y sonríes mucho sin darte cuenta, y ese frío polar se convierte en una tibia brisa, esa brisa que amamos, auténtica y única.