maurix1942

MADRE

MADRE 

Hasta todas las distancias donde te halles 
recoge los frutos de tu cosecha, madre;
heme aquí, absorto, antes de sumergirme 
en la laguna nefasta de tus recuerdos inventados, 
porque, tú sabes mejor que todos, 
que enterraron tus recuerdos contigo, 
dejando, tan sólo, para mi consuelo 
la daguerrotipia de tu envoltura, madre. 

Madre ideal e idealizada hasta el agotamiento; 
rebuscada en todos los rincones de mi desamparado 
corazón, de hijo sin madre; 
madre ausente y presente, mortal y eterna, 
navegando en mis brazos en el mar de la angustia 
y el desierto de la soledad, 
madre inconsolada e inconsolable 
recoge tu óbolo de cariño 
con la mano izquierda, para que no se te pierda, 
hasta el próximo año en que desempolvemos de nuevo 
tu conformidad inmensurable. 
Arrebátame del torbellino y concéntrame 
en las convergencias siderales de todos los tiempos 
para asimilar tu verdadera estatura, madre. 

Desde todas las distancias donde te halles, 
heme con tu cadáver sobre mis espaldas 
en este camino de la cruz, regando sudor y lágrimas, 
con el temor de llegar antes de tiempo a mi monte calvario. 
Madre determinante e inaccesible 
a mis sueños de navegante a la deriva; 
norte y brújula llena de líquenes en el naufragio
triste, de mis ambiciones líricas. 

Madre incólume, hasta mi llegan tus mejores besos 
como bandadas de gaviotas en un poniente eterno; 
madre idolatrada, con excesos de hijo descarriado; 
madre sin tiempo ni espera, 
arrodillada salta hacia ti mi alma desarticulada, 
por el triste recuerdo de tus dolores de madre crucificada;
me han contado historias de tu vida doblegada, 
por el peso de los hijos sin años, 
madre inmortal, en el sepulcro, reposada 
sin corona de lágrimas; 
madre de mis amores, ¡oh entrañable madre! 

Llena de sustancia astral e inacabable, ¡eres un ángel!, 
madre-puente entre el ser y la nada. 
Madre perseverante y decidida, 
madre de los abrazos inagotables, 
besa mis manos, ¡madre! llena mi canto; 
de sur a norte, madre, lléname el alma 
y apacigua mis versos desesperados, 
porque después de todo, 
se que he buscado en vano 
la palabra sublime que te delate 
con toda la exactitud de mi tristeza 
de hijo sin madre. 

Si, tú, lo quieres, cierra mis párpados, 
inalcanzable Madre, hoy, hecha, lágrima…