Quién sabe cuánto tiempo ha pasado
sólo sé que las flores inundaban aromas
y el río parecía entonar una balada
cuando al verte mis ojos parecían ebrios
Tus ojos negros como el azabache
tu mirada que alcanzaba el horizonte
hicieron de mí un triste guiñapo
y perdí el camino y la razón.
Desde entonces mis pasos divagan
entre versos y metáforas
perdido entre sueños e ilusiones
desde entonces ya no sé quién soy.
Desde ése día he caminado incansable
buscándote en mis sueños, en el viento
con la esperanza de encontrarte y amarte
desde entonces soy poeta y orate.
Quizás algún día te encuentre
tal vez algún día pueda coger tus manos
mirarme en tus ojos, y besar tus labios
quizás algún día, quizás así sea.
Lima, 29 de mayo del 2925
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