alicia perez hernandez

El árbol de los enamorados

El árbol de los enamorados

 

Árbol de raíces profundas abraza la tierra 

con sus ramas mirando hacia el cielo reconociendo

al Dios el creador de toda la naturaleza,

sus raíces profundas y firmes se encajan en la tierra 

su sombra ofrece descanso al que se acerca.

 

De noche, sus ramas frescas se mecen,

y los enamorados, en ellas se refugian.

En un sutil abrazo en las sombras se refleja,

la pasión de los besos de los enamorados,

Entre luces y sombras dos cuerpos unidos se aman.

 

Entre cada rama hay un destello de luz ,

es la luz de la farola, que alumbra el parque,

y sin miramiento, las parejas demuestran que se aman,

en la complicidad de la sombra del árbol, rozándose

los labios, al compás del movimiento de las ramas.

 

Silenciosa la noche duerme y reposa la tierra, 

la música que se desprende de tus ramas,

acerca sus cuerpos y empiezan a bailar.

Se entregan con pasión a un amor romántico

en la entrega de besos de boca a boca son uno. 

 

Árbol de raíces profundas te aferras a la tierra,

y en el silencio de la noche eres testigo

del amor de los enamorados que abrazan y se besan.

Los pájaros en tus ramas hacen su nido.

Eres cómplice de los abrazos y besos de los  enamorados.

 

Alicia Pérez Hernández… México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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  No tienes tú la culpa si en tus manos
mi amor se deshojó como una rosa:
Vendrá la primavera y habrá flores...
El tronco seco dará nuevas hojas.

Las lágrimas vertidas se harán perlas
de un collar nuevo; romperá la sombra
un sol precioso que dará a las venas
la savia fresca, loca y bullidora.

Tú seguirás tu ruta; yo la mía
y ambos, libertos, como mariposas
perderemos el polen de las alas
y hallaremos más polen en la flora.

Las palabras se secan como ríos
y los besos se secan como rosas,
pero por cada muerte siete vidas
buscan los labios demandando aurora.

Mas... ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!
¡Y toda primavera que se esboza
es un cadáver más que adquiere vida
y es un capullo más que se deshoja!

Lo inacabable Alfonsina Storni