Esta vez,
no hay leones para vencer
ni murallas que trepar
ni océanos colosales
que cruzar…
Esta vez,
la princesa espera
cegada de amor
en una torre,
liberada
y frente al mar...
Esta vez,
la historia
es de su libro
y de sus sueños,
más el corazón roto
quizá termine
en un acantilado,
pero amando...
Esta vez,
dejará de fingir
que la encontró
en sus líneas;
allí, con sus estigmas
y con la gloria
de su batalla
por conservarla,
tan linda
para sus ojos,
que solo la veían a ella…
Esta vez,
el trofeo
es un ramillete
de claveles rojos,
no de amor,
sino de victoria
por tenerla siempre
en sus poemas,
y en esa cabaña
tan oscura
que les espera.
©.