No hay rencor.
Es el dolor,
resultado del desamor,
el que se ha llevado el calor.
Cuánta belleza!
Ternura, dulzura, libertad.
Nada de aspereza;
felicidad, ansias, claridad.
La desesperación
invita a la confusión.
Hay conmoción;
decae el corazón.
Es, entonces, templanza?
Hay realmente esperanza?
Debe la vida ser un baile
y que haya siempre quien hable?
No puedes caer
al su ritmo reconocer.
No puedes fallar
al sus leyes aceptar.
Sí, quiero bailar.
Quiero cantar;
quiero vibrar,
acepto participar.
La tristeza me hizo dudar.
El sentimiento
no me permitió el rostro levantar;
no a tiempo.
Pero no miento.
Lo intento.
Hoy.
VIDA.
Estoy comprometida.
Estoy agradecida.
La paz es el complemento.
Abrazo el momento.