Iris Yuviana Hernández Robles

Neblina

Se puede caminar dormido, 

con los sentimientos aletargados y,

la boca seca.

Se puede conversar ensimismado, 

con el alma perdida y ausente.

Se puede vivir con un vahído constante, 

con las lágrimas refrenadas, 

con una oquedad lacerante,

con los anhelos difuminados y volátiles.

Se puede ser un mundo derruido, 

del cual gravitan mil mundos impávidos.

La realidad es gris y fría, 

las aceras son duras, 

la lluvia inclemente y,

los rostros humanos, adustos. 

En medio de la ensoñación halló mi calma, 

pues soy ahí más dueña de mi destino, que en mi destino. 

Puedo ver mis deseos perderse entre bruma.