El beso que no me diste,
es el beso que esperé
y la noche pasé triste
porque solo te soñé.
No sé dónde te perdiste
cuando al fin yo desperté
si tú un beso prometiste
y en promesas yo confié.
Hoy mis labios ya resecos
y atrofiados de dolor,
como los viejos muñecos
han perdido su color,
pero aquí en mis recovecos
guardo siempre mucho amor.