Carlos Eduardo

Casi no existen

 

No siempre,

se puede escribir

lo interior de uno mismo;

 

en los instantes previos al inicio del sueño, (*)

el alma comienza a volar

se muestra tal cuál es,

creatividad, profundidad,

sin rebuscamientos;

 

se pretende alcanzar las palabras,

escapan,

la memoria se desvanece,

surgen imágenes,

la voluntad termina;

 

la vida se esfuma,

comienza otra vida,

intensa, inimaginable, \"azarística\";

 

las volutas del pensamiento

discurren discursos infalibles,

lo cierto, lo incierto, lo verdadero,

lo aparente, el engaño;

 

aparecen escenas fantásticas;

 

se participa de veladas siniestras;

 

ocurre una nueva realidad.

 

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(*) Estado de vigilia-sueño (sueño hipnagógico)