Raul Gonzaga

Inesperada caída

Paseando a las mascotas
llegué a un piso resbaloso,
camino lleno de abrojos:
caída libre de pompas;
 
entre frutos y entre hojas,
conformando magro lodo,
no sé ni cuándo ni cómo,
la muñeca casi rota;
 
me saqué radiografías,
evitaron el dolor:
brazo cubierto de yeso;
 
semanas inactivas,
sin rutina y sin acción
y a teclear dedo por dedo...