La vida marcha de prisa
sin detenerse un segundo
fuera va agitado el mundo
dentro una triste sonrisa.
Es breve nuestra presencia
efímero nuestro andar
dejamos huellas de sal
que va borrando la ausencia.
Océanos de distancia
entre una vida y la otra
Ilusiones que remotas
nos consuelan al andar.
Vengo de tierra y azar
del amor y la nostalgia
del quizás y de las ansias
la bendición de soñar.
Amante de la belleza
del impensable sosiego
domesticando el desvelo
de abrazar la soledad.
Vengo de los montes verdes
de ir y venir en los siglos
de amar la naturaleza
aun en áridos caminos.
Profundas quebradas rojas
en majestuosas montañas
que me presta su ropaje
para vestir esperanzas.
De tus sueños y los míos
de no querer despertar
amar así y no más
sin dañarte, ni dañarme.
De no rendirme, quebrarme
Y poder manifestar
en este libre enhebrar
versos que del alma nacen.
Puedo soñarme y soñarte
en ese mágico vuelo
sentir calido el deseo
como se respira el aire.
Puedo acariciar tu alma
sin que te rocen mis dedos
Y dejar sobre tus labios
el más dulce de los besos.
Autor Alexandra
5/28/2025