Eros Noche
Y pensar que pudiste tomarme de la mano
y acariciar mi alma
con el milagro de tu palidez dormida,
con la blanca rama de azahar
y la luz de un sol ficticio,
con la íntima voz de tu mirada
y la suavidad de tu tez,
de turbada flecha.
Y pensar que pudiste quitarme la infancia
con tus labios, relámpagos de la vida,
desfile de erotismos, cantos y reprobada llama.
Eras la noche, manto de sombras que dura,
y yo la luna, pálida y enamorada,
en un abrazo de sombras,
sed que tortura la garganta sedienta,
fruta prohibida y amada
en la espesura de tu Edén.
m.c.d.r