Si el mundo se cae, que caiga despacio,
que aquí entre tus brazos no tengo temor.
Las luces del pueblo se ven tan lejanas,
perdidos, felices, sin rumbo y sin reloj.
Subimos la cuesta sin mirar abajo,
dejando las dudas dormidas ahí.
Si todo es mentira, prefiero creernos,
que en esta montaña me quiero quedar.
Y aunque nos digan que el sol se apaga,
que el viento sopla y nos va a empujar,
tengo tus manos, tengo tu risa,
y con eso basta para no dudar.
Si el mundo se cae, que caiga contigo,
que el miedo no pesa si estás junto a mí.
Seremos dos cabras sobre la roca,
bailando al filo, pero sin partir.