Está bien no saberlo aún. A veces uno ha vivido tanto para otros o desde el deber, que olvidó preguntarse qué lo hace verdaderamente feliz.
Pero nunca es tarde. Solo se necesita un instante de verdad, una pausa, una emoción que te diga: *esto sí soy yo*. Y desde ahí, pasito a pasito, otra vida comienza. Más tuya, más libre, más en paz.
¿Te gustaría imaginar cómo sería esa otra vida para ti? Puedo ayudarte.