El silencio no es olvido,
al contrario, es un artilugio,
una estrategia frágil,
un intento que desgarra
una postura ante lo inevitable.
El silencio es una apariencia,
un recurso estéril,
una puesta en escena
sin actores, ni escenario,
porque la obra está dentro.
El silencio es una finta,
es el pensamiento en pausa,
pero no por evasión
tampoco por desdén
y menos por hipocresía
sino...
porque se me rompió el alma.
El silencio...