Yojanna Victoria Agudelo Hurtado

Desde mi casa escribo esto

Meditando en el matrimonio según la Biblia, ha llegado a mí este pensamiento, junto con unas palabras que deseo decirte:

Dios, desde el principio, vio a Adán solo y dijo: “No es bueno que el hombre esté solo”. Le dio una labor: nombrar a las criaturas hechas por Él. Al final, Dios afirmó que el hombre necesitaba ayuda idónea, y lo puso en un sueño profundo; y de su costilla moldeó a la mujer.

Luego, en un estudio bíblico, la hermana María Luisa enseñaba que la iglesia es la esposa de nuestro Señor Jesucristo. Esto, para mí, fue maravilloso.

La situación es esta, mi amado Hugo:

Llámame romántica o fanática, pero yo creo que Eva no solo salió de las costillas del hombre, sino también de sus sueños. Así como yo he salido de los tuyos.

Yo te amo como Adán amó a Eva, quien dejó el paraíso solo para estar con ella.

Con la diferencia de que esta Eva, que te ama tanto, quiere llevarte al paraíso.

Ven conmigo, mi amor, al cielo donde Dios nos espera.

Come del fruto del amor de Dios, que vive en cada cosa buena que nace de su Palabra viva.

Yo te amo, precioso, y quiero hacerlo como Cristo amó a su iglesia, entregándose así mismo por ella.

Victoria Agudelo H.