Si no cumples, no prometas;
si no sabes, mejor calla,
que es mejor prever la falla
que salir con unas tretas.
Si no importa, no te metas,
si no crees, no simules,
ni tampoco disimules
cuando alguno te moleste
que es mejor sacar la peste
bajo el credo que estipules.
Si no tienes, no te amargues;
si no quieres, nunca finjas,
lo peor es que tú infrinjas
lo que nunca desembargues.
Si tú tienes, no aletargues,
lo que puede y debe hacerse
porque siempre hay que atreverse
a buscar el horizonte
donde el miedo se remonte...
¡Nadie avanza sin moverse!
Si no miras, estás ciego,
aunque mires con tus ojos.
Pon tus barbas en remojos
y no juegues con el fuego.
Infalible no es el ego
porque es hueco cual barranco
y es mejor, que seas franco,
con el verbo transparente
y evitar que mucha gente
a lo negro llame blanco.
Nunca vayas ni camines
donde no te han invitado
puedes ser avergonzado
y ante nadie, tú te inclines.
Puede ser que no imagines
lo que el otro se imagina
y el prudente, va y camina,
paso a paso y muy seguro
sin problema, sin apuro,
hacia el punto que destina.
Nunca peques de inocente
ni tampoco de sabiondo,
de las cosas busca el fondo
de una forma consecuente.
La mentira se desmiente
con verdades bien fundadas
con certezas comprobadas
pero nunca con falsía,
como abundan hoy en día
con marcadas payasadas.