Elegí Tu Paz, No Mi Felicidad
Protegerte Implicó Dejarte Ir
Para protegerte tuve que hacer grandes sacrificios, uno de ellos fue alejarme de ti y otro hacer que me odies. Nunca pensé que amar a alguien tan profundamente me obligaría a esconderme detrás de decisiones tan duras. Pero el mundo no siempre nos deja elegir con el corazón, y a veces el amor verdadero no se demuestra quedándose, sino sabiendo cuándo partir.
Me duele cada día el recuerdo de tu mirada al no entender mis palabras, al sentirte herida por mis actos. Pero detrás de cada gesto frío, de cada silencio, lo único que había era la esperanza de que algún día estuvieras a salvo, aunque fuera lejos de mí. Preferí ser el villano en tu historia antes que permitir que algo te hiciera daño por mi culpa.
No imaginas cuántas veces deseé correr hacia ti, abrazarte fuerte y explicarte todo. Decirte que detrás del rechazo se escondía un amor que no conoce límites, y que cada paso lejos de ti era una batalla contra lo que más quería. Pero si odiarme era lo que te daba libertad y seguridad, entonces ese era el precio que debía pagar.
Te extraño en lo más profundo de mi alma, incluso si ya no piensas en mí o si tu corazón encontró otro rumbo. No necesito que entiendas todo ahora, ni que me perdones. Solo quiero que sepas que cada decisión estuvo impulsada por un amor inmenso, de ese que no busca poseer, sino cuidar, aunque sea desde la sombra.
Y si algún día el tiempo y la vida nos permiten reencontrarnos, o si alguna brisa suave te dice que fuiste amada de una forma silenciosa pero inmensa, entonces habré logrado lo que quise desde el principio: protegerte, aunque para eso haya tenido que perderme a mí mismo en el camino.